¿Cuál consideráis la virtud castrense más importante?
Para mí es la lealtad y os voy a explicar por qué parafraseando lo que dijo un compañero hace años, cuando éramos brigadieres.
La lealtad, hacia arriba, se llama disciplina, y es la base sobre la que funciona cualquier ejército. Porque nos preparamos para lo peor y, en esos momentos, las decisiones tienen que ser indiscutibles. Porque, a veces, nos tocará dar o recibir órdenes que van más allá de lo desagradable.
La lealtad, hacia abajo, se llama don de mando o saber mandar. Ese tan manido liderazgo que está muy de moda. Contraparte de la anterior, solo se entiende la obediencia sin fisuras cuando la confianza en el mando es total. Todos los que tenemos el honor de tener hombres a nuestras órdenes estamos obligados a intentar llegar a ser esa figura de la que nuestra gente diga: «con este tío me voy a la guerra». O tía.
La lealtad, hacia los lados, se llama compañerismo. Difícil de explicar para el que no ha sufrido lo indecible con el mismo grupo de compañeros. Difícil de explicar para el que no ha visto a sus compañeros en los peores momentos. Y ha sido visto por ellos. Difícil de explicar para el que no ha compartido todo, absolutamente todo, y en ocasiones durante años, con un grupo reducido de… sí, hermanos. Difícil de explicar para el que no tiene la suerte de mirar a los lados y saber que los que están ahí lo van a dar todo por ti… y que tú tienes que darlo por ellos.
La lealtad, hacia la institución y, por tanto, sus valores, se llama honor. Porque solo un código heredado de aquellos que vinieron antes que nosotros nos permite sustentar una institución que debe defender la democracia sin ejercerla; que debe obedecer sin rechistar, aun cuando sabe lo equivocado de la decisión; que jura entregar la vida por toda una sociedad y que partes de esta la desprecian; que supone un trabajo, en lo rutinario, duro, y en lo excepcional, mortal; que te aleja de tu familia para proteger la de otros; y que te enseña a usar la fuerza letal, pero evitando siempre llegar a ese extremo. Una institución, en definitiva, llena de contradicciones… para el que no es leal a sus valores, que enarbolamos hasta el último confín del mundo y que hoy seguimos protegiendo, reflejados en la rojigualda que lucimos en el brazo.
Muy bien escrito y descrito. Un solo valor como la lealtad que resume al resto de virtudes.
Y enlazando con tu anterior entrada acerca del mando o liderazgo, yo puntualizaría algo. Yo prefiero hablar de liderazgo aunque sea un término más "civil" por darle un adjetivo que todos comprendamos. Un líder tiene que ser un referente profesional para sus subordinados, tienen que saber que esa persona conoce su oficio. Pero también ha de ser a mi modo de ver un referente humano; tiene que demostrar que es una persona justa y honesta. Yo he convivido con ambos. Siempre guardaré un gran recuerdo del Capitán de mi compañía de Infª de Marina de la AGRUCAN (hoy Coronel retirado), mi única aspiración…
Magnífico, de lectura obligada y de escritura acertada, ya que hoy en día gran parte de esa media sociedad que no reconoce determinados conceptos y valores no sabe apreciar el sacrificio, ni la abnegación de esa otra media que la defiende, que da la cara por ella y que cuando viene el peligro, en vez de correr en dirección contraria va hacia él. Gracias por estas letras, por estas ideas, por esos valores y por el trabajo que desempeñáis cada día. La virtud más importante, vuestro sacrificio.
Pues, desde mi punto de vista, la virtud castrense más importante y más difícil es el respeto. Aunque creo que todas las virtudes militares son hijas de los valores morales y cada una engloba y comprende a todas las demás.
Difícil de encontrar hoy en día algo parecido a valores, como yo empecé de verde para mi el HONOR es mi principal divisa (y de ahí parte la lealtad hacia todo, que es fundamental como muy bien has descrito)
He vivido esos valores durante 45 años en la Armada y ahora que estoy retirado,siguen presentes cada día